Autoconocimiento, amor y adaptación: Claves del liderazgo según Lowney
Desde su lanzamiento, "El liderazgo al estilo de los jesuitas" llamó mi atención, pero no fue hasta años después que logré adquirirlo tras una búsqueda persistente en varias librerías. Cuando finalmente lo encontré, no dudé en comprarlo: esta vez no dejaría que se me escapara.
Chris Lowney analiza con profundidad el modelo de formación que Ignacio de Loyola diseñó para la Compañía de Jesús, cuyo objetivo primordial era, en palabras del autor, "ser mejores que los demás en amar". Esta idea retoma el principio paulino de la carta a los Filipenses, donde se destaca que Cristo, aun siendo superior, se rebajó por amor para servir a los demás.
Lowney vincula este concepto con el liderazgo moderno, subrayando que los verdaderos líderes no resisten los cambios, sino que se adaptan a ellos. A diferencia de la propia iglesia catolica que perdió el tiempo al querer ir en contra del reformador Martín Lutero y por cuya rigidez, según el autor, la iglesia mantuvo enfrentamientos estériles. Todo lo contrario, los jesuitas promovieron una visión flexible y pragmática.
El libro comienza contrastando figuras históricas: Francisco de Borjia y Maquiavelo con Ignacio de Loyola. Mientras que los dos primeros simbolizaban el poder despiadado, Ignacio de Loyola la transformación espiritual y el servicio. Lowney asimismo rescata la visión del monje, un militar reconvertido en líder religioso, quien entendió que el amor y el autoconocimiento eran herramientas más poderosas que la coerción para guiar a las masas.
Los cuatro pilares que propone el autor —autoconocimiento, ingenio, amor y heroísmo— no son solo principios abstractos, sino bases prácticas para forjar líderes íntegros. Lowney demuestra que, aplicados con disciplina, estos valores trascienden lo religioso y ofrecen lecciones valiosas para cualquier ámbito de la vida.
En definitiva, esta obra es una reflexión lúcida sobre el liderazgo, que combina historia, espiritualidad y estrategia con un mensaje vigente: liderar es, ante todo, servir.
0 comentarios